¿Y a quién no le gusta que le digan un piropo?
A nosotros nos encanta y por eso ayer decidimos mandarnos unas notitas diciéndonos un piropo.
Al principio no teníamos muy claro qué era eso de decir piropos pero con unos cuantos ejemplos que nos dijo la profe en un momento ya estábamos pensando en los piropos que íbamos a enviar.
Primero escribimos un piropo al compañero que nosotros queríamos y luego a un compañero que nos había tocado cogiendo un papelito secreto de una bolsa.
De esta manera, el lunes cuando volvamos a clase todos tendremos nuestro piropo en el cariñograma, incluida la profe.
El objetivo de esta actividad es compartir emociones positivas y reforzar la autoestima de los niños a través de los cumplidos de los compañeros. De este modo, se propicia un buen clima de aula, los niños se sienten todavía más parte de un grupo, son conscientes de que viven momentos bonitos y felices en el colegio y además, se reduce la importancia de los conflictos que tienen lugar día a día en el aula construyendo las bases de una adecuada convivencia escolar basada en el respeto y reconocimiento de los compañeros.
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